Hondius: el barco de expedición con un toque familiar


Oceanwide Expeditions se estableció en el mercado de los cruceros de expedición en 1983 y hoy cuenta con una flota de cuatro naves. Experimenté un auténtico crucero de expedición a bordo de su buque insignia, HONDIUS, durante un viaje de dos días por el Mar del Norte desde Vlissingen a Aberdeen en junio de este año.

Vlissingen no es el puerto más plausible para embarcarse en un crucero. Su puerto de transbordadores a Inglaterra ha quedado obsoleto y otros puertos holandeses, como Ámsterdam o Rotterdam, son más fácilmente accesibles; Vlissingen sigue siendo una ciudad costera bastante monótona y abandonada por todos los operadores de cruceros excepto uno.

Oceanwide Expeditions tiene su base en el puesto de avanzada holandés del Mar del Norte, el conductor del autobús nos lleva desde la estación de tren hasta Hondius, el orgullo de la flota de Oceanwide. Construido en 2019 en Croacia y bautizado con el nombre de un cartógrafo holandés del siglo XVI, Hondius zarpa así un soleado sábado de junio para su temporada de expediciones árticas.

La aventura comienza incluso antes de que zarpe el barco. “Deberían y no deberían estar aquí”, les dicen a los 147 pasajeros que esperan con su equipaje en el muelle. HONDIUS acaba de terminar una remodelación de cuatro semanas, el muelle del astillero no es el lugar habitual para embarcar huéspedes, y los aduaneros holandeses tampoco han llegado. Por tanto, la facturación comienza a la antigua usanza, con tablillas sujetapapeles y lápices, antes de que los pasajeros se apresuren a subir a bordo por una rústica pasarela tipo astillero, y luego pasen su equipaje de marinero a marinero.

Un primer vistazo a mis compañeros de viaje muestra una multitud que ni siquiera se encontraría en las terminales de Miami o Barcelona: ciertamente más joven que la habitual de Cunard o Celebrity. Sus camisetas muestran pájaros y otros animales o eslóganes divertidos, y algunos incluso llevan valiosos equipos fotográficos. Definitivamente, estos jóvenes no están a bordo para jugar al bingo o bailar hasta altas horas de la noche, sino para observar la vida salvaje y fotografiarla.

 

Historia de la compañía

Oceanwide Expeditions se fundó en 1983, cuando la Dutch Plancius Foundation cobró vida organizando cruceros estacionales a una antigua estación ballenera holandesa en Svålbard, en cooperación con la Universidad del Centro Ártico de Groningen. Su primer barco fue Plancius ex Pollux, un antiguo barco piloto construido en 1950 con capacidad para unos pocos pasajeros. Sin embargo, estos viajes se convirtieron en un éxito y la fundación se amplió con cruceros a Cabo Verde, Sudamérica y, por último (1991), la Antártida. Un barco más grande, Professor Molchanov, sustituyó a Plancius en el momento en que el empresario holandés Wijnand van Gessel empezó a utilizar el Rembrandt van Rijn para cruceros a vela por las Svålbard en 1993 bajo el nombre de “Oceanwide Expeditions”.

En 1996, Oceanwide Expeditions se hizo cargo de las operaciones y de muchos empleados de la Fundación Plancius y empezó a ampliar su flota y el alcance de sus cruceros. Un antiguo buque de investigación holandés se convirtió en el nuevo Plancius en 2009, mientras que otro antiguo buque de investigación soviético, Marina Svetaeva, se unió a la flota como Ortelius en 2011. Ese mismo año, otro velero, Noorderlicht, comenzó a navegar por el archipiélago de Svålbard. El primer barco construido expresamente para Oceanwide, Hondius, se encargó en 2016 por un precio de 85 millones de dólares y entró en servicio en 2019. A sus 77 años, Wijnand van Gessel sigue siendo la primera persona que abre la oficina de Oceanwide a las 6 de la mañana cada mañana para echar un vistazo a lo que ocurre en la empresa. La noche de la salida, también llegó al muelle de Vlissingen para despedir a su barco y a su personal.

 

Salida

A bordo compartí un camarote de cuatro literas con otros tres hombres: Gunter, de Alemania, Carl, de Bélgica, y León, de los Países Bajos. Muchos viajeros en solitario que navegan con Oceanwide por la vida salvaje y el paisaje son lo suficientemente abiertos como para compartir su camarote con otros, aliviando su presupuesto y (con suerte) haciendo nuevos amigos. En el extremo opuesto de la escala, Hondius ofrece una gama de lujosas suites además de los camarotes exteriores estándar. No hay camarotes interiores a bordo.

Decidimos asignar las literas superiores e inferiores según la edad antes de guardar nuestro equipaje bajo las camas y en los cajones. Ocupé una litera superior, y esta última me pareció un poco incómoda, sin posibilidad de dejar las gafas, el móvil ni nada, el camarote n. 307 no deja nada que desear.

 

Antes de la salida de Hondius, se nos muestra un video de seguridad bastante explícito, pero no por ello menos entretenido, en la sala de observación, tras lo cual los pasajeros se dirigen a sus respectivos puntos de recogida. La demostración también incluye un vistazo opcional al interior de uno de los botes salvavidas, por lo que, a diferencia de los simulacros de seguridad de los grandes cruceros de consumo masivo, todo el mundo tiene una imagen clara de lo que cabe esperar en caso de emergencia.

Sin funcionarios de aduanas a la vista todavía, el crucero comienza con la presentación del equipo de expedición. 13 guías de expedición acompañan a Hondius al Ártico, entre ellos biólogos marinos profesionales, ornitólogos y glaciólogos. El equipo está dirigido por Sara Jenner, que deja claro desde el principio que “por algo no nos llamamos Oceanwide Cruises”. El viaje a Jan Mayen, a las Svålbard en medio del hielo ártico, como cualquier otro viaje oceánico, tiene el carácter de una expedición. El oleaje, el tiempo y las condiciones del hielo más allá del Círculo Polar Ártico pueden cambiar de un minuto a otro, por lo que el programa diario colgado en los pasillos es solo una especie de Plan A. “Cuando lees el programa colgado en la pared, lo más probable es que ya estemos trabajando en el Plan B y C entre bastidores”, explica Sara.

 Los avistamientos y el paisaje son siempre lo primero, por lo que la hora de la cena a bordo de Hondius también está sujeta a cambios. También se recuerda a los pasajeros que tengan siempre a mano la cámara y los prismáticos, ya que “pueden ocurrir cosas en cualquier momento”. Además se solicita a los pasajeros que bajen la voz cuando se hagan anuncios públicos, ya que es posible que no se repitan. Por último, pero no por ello menos importante, “dormir significa hacer trampa”, un recordatorio amistoso de que las actividades a bordo y fuera del barco se llevarán a cabo cuando sea posible, no cuando todo el mundo esté descansado, lleno y recuperado.

 

Sin embargo, una nota más seria, dice: “¡No quiero ver chanclas después de Aberdeen!”. Sin hospitales ni dispositivos de evacuación disponibles en el Ártico o el Antártico, cuidarse y cuidar a los demás es fundamental para garantizar un viaje seguro y agradable para todos. “Pronto seremos una sola familia”, añade debido al reducido número de pasajeros y compartimentos para la tripulación y también al pequeño tamaño de Hondius.

Por la noche, los aduaneros holandeses autorizan la salida de Hondius hacia las 20.00 horas. Salimos de Vlissingen al atardecer. Muchos pasajeros saltan la cena para poder hacer las primeras fotos de las aves marinas que se ven en los bancos de arena del estuario del Escalda. Solo las focas no pueden verse en ningún sitio, ya que sus lugares de descanso preferidos son los bancos de arena del exterior del puerto y no los ruidosos y abarrotados muelles del interior. Estos últimos, sin embargo, nos ofrecen un interesante espectáculo de otro tipo: Ortelius de Oceanwide está amarrado en el muelle del astillero junto al muelle de salida de Hondius, cuyo primer crucero de la temporada zarpará unos días después.

 

A bordo

Al diseñar Hondius, Oceanwide Expeditions optó por un buque de expedición “puro” que deja fuera todo lo que pueda distraer a sus pasajeros del objetivo principal del viaje. No hay piscinas a bordo, spa, casino ni discoteca. Ni siquiera hay cuadros en los pasillos de los camarotes o a lo largo de las escaleras (lo cual es una pena). Pero, por supuesto, el barco tiene una biblioteca bien surtida que se centra en libros de referencia sobre la vida salvaje, volúmenes sobre historia polar y libros sobre todo lo relacionado con la exploración y la vida marina.

La biblioteca se encuentra en la cubierta 5, que es la cubierta de expedición del barco. Su sección delantera está ocupada por la gran Observation Lounge, que cuenta con cómodos sillones y sofás ubicados a los costados del barco y prácticos bancos tapizados con respaldos abatibles. El lounge también incluye un bar y una estación de autoservicio 24 horas al día, 7 días a la semana, donde se ofrece té, café y bollería. Más a popa se encuentra la sala de conferencias del barco, que se utiliza para los “resúmenes” diarios, así como para presentaciones generales o lecturas.

 

En una cubierta más abajo (cubierta 4) se encuentran el restaurante, la reception y una pequeña tienda a bordo. En las cubiertas 3 y 4 hay estaciones de suministro de agua potable, una medida adoptada por Oceanwide Expeditions para reducir la cantidad de plástico descartable a bordo. En la reception hay postales impresas gratuitas, un gesto simpático, aunque extraño y anticuado. No es que hubiera muchos buzones públicos en el Ártico o la Antártida.

Los 80 camarotes para un máximo de 176 pasajeros a bordo están repartidos entre las cubiertas 3, 4, 6 y 7, lo que resulta ser algo inconveniente, ya que en un barco como este, normalmente se esperaría que la Observation Lounge estuviera situada en la cubierta más alta. Sin embargo, al encargar el barco, Oceanwide se percató de la gran demanda de suites de lujo y decidió colocarlas a popa, en la cubierta 7.

Cuando se trata del equipo de expedición, Oceanwide no hace concesiones. Una flota de 13 lanchas neumáticas está estibada en la cubierta de popa, mientras que 28 kayaks están situados en la cubierta exterior e incluso dos pasarelas móviles están escondidas a cada lado del barco. La mayor ventaja sobre sus compañeros de flota, sin embargo, son un par de puertas a forma de concha en el interior del casco que permiten desembarcar rápidamente, ya sea en zodiacs o kayaks a través de una plataforma flotante o directamente sobre el hielo. Además, las grúas de las cubiertas de proa y popa son capaces de subir y bajar equipos al mar en poco tiempo para que los pasajeros puedan pasar el máximo tiempo fuera de la “nave nodriza”.

Entre bastidores, Hondius está equipado con un motor diésel convencional, lo que evita problemas con nuevas tecnologías no probadas en aguas remotas. Las maniobras también se realizan mediante fiables propulsores de proa y popa en lugar de pods. Con un total de 4200 kW y un máximo de 15 nudos, Hondius no es ni un caballo de potencia ni una reina de la velocidad, pero su calado relativamente bajo de 5,30 m le permite entrar en bahías y puertos a los que otros barcos no pueden acceder. Su clase polar es PC6, lo que le consiente navegar durante el verano y el otoño en el hielo medio de primer año y lo sitúa en la misma categoría de Hanseatic Nature de Hapag-Lloyd Cruises, Viking Octantis de Viking Ocean Cruises y Ultramarine de Quark Expeditions. Dicho esto, Hondius no es un rompehielos, ya que navega hacia el hielo más que dentro o a través de él.

La filosofìa de Oceanwide

Teniendo en cuenta los antecedentes históricos de la empresa, la filosofía de Oceanwide es sencilla: si bien el barco es moderno y confortable, se anima ferviamente a sus pasajeros a pasar el menor tiempo posible a bordo y a aprovechar al máximo su tiempo fuera de Hondius, ya sea paseando, haciendo senderismo, buceo, kayak o descubriendo el mundo polar en la zodiac del barco. Por ello, la nave solo hace escala en puertos “regulares” para embarcar y desembarcar y se dirige directamente a los lugares de interés, pasando solo breves intervalos en altamar.

En cuanto a sus excursiones, Oceanwide diferencia entre las actividades del campamento base, como los paseos por la costa o las excursiones en zodiac, que están incluidas, y las actividades especiales, como las inmersiones polares o las excursiones más largas, que son de pago y a veces requieren llevar equipo propio. Cuando las excursiones se realizan a lugares donde hay un límite de pasajeros, se dividen en distintos grupos para que todos puedan participar en las mismas actividades durante el día sin masificar playas sensibles, islas o asentamientos indígenas.

Cuando las excursiones en zodiac u otras actividades al aire libre no son posibles debido al mal tiempo, Oceanwide Expeditions abre las cubiertas reservadas y el puente de mando, lo que permite a los pasajeros ver y experimentar todo lo posible a bordo, tanto desde el punto de vista del capitán como explorando la proa, donde en otros barcos el acceso suele estar restringido a los pilotos y la tripulación.

Un día en la vida

Segundo día de crucero, es domingo por la mañana, estoy en algún lugar del Mar del Norte. Normalmente, esta es una buena oportunidad para que los pasajeros se recuperen de un estresante día de embarque, levantarse tarde, desayunar tranquilamente y luego ver qué nos depara el día, pero no funciona así a bordo de Hondius.

A las 6 de la mañana, mi compañero de camarote Carl ya lleva una hora en la cubierta de proa observando las aves marinas. Y muchos de sus compañeros observadores de aves también. Para el ojo inexperto, lo más común hasta ahora han sido las plataformas petrolíferas, los parques eólicos y los barcos de suministro en altamar, pero eso es solo lo que se puede ver sin el equipo adecuado. La lista de avistamientos de aves que cuelga de la pared junto al aula ya tiene sus anotaciones e incluso incluye algunas especies raras, así que merece la pena madrugar. Lo mismo ocurre con la biblioteca de a bordo, donde no conviene enfrascarse demasiado en la lectura, pues de lo contrario se corre el riesgo de perderse el desayuno o las primeras actividades del día, como me ocurrió a mí.

 

Tras el desayuno, los grupos de pasajeros fueron invitados a visitar el puente de mando, donde el capitán Toni Salo respondió a las preguntas sobre la nave y su funcionamiento. Nacido en Finlandia y anteriormente empleado en el Baltic Ferry SILJA SERENADE, Salo está al mando de Hondius durante la mayor parte de la temporada ártica, mientras que su colega chileno asume las funciones para la temporada antártica a partir de octubre. Su zona de crucero favorita es la costa helada de Groenlandia, que está deseando ver. Pero insiste en que, por muy bonito que parezca el paisaje, la seguridad es siempre primordial, y a menudo la mantiene llevando una zodiac de última generación para explorar mucho antes de que el propio Hondius entre en una remota bahía o un fiordo. Y aunque la mayor parte de la navegación actual se basa en cartas náuticas electrónicas, Hondius sigue llevando un juego de cartas impresas para las regiones polares, por si acaso. Todavía recuerda la escala del barco en Aberdeen el año pasado, cuando había mucha niebla y, aunque era un puerto “seguro”, hubo que desembarcar a los pasajeros y embarcarlos en lanchas auxiliares: ¡un comienzo inesperado que anticipó una expedición que solo se volvería aventurera mucho más al norte!

Los participantes en la excursión durante el día tienen su propia cita en la cubierta 3 para ponerse las botas de barro y otras prendas de expedición que utilizarán más al norte. Además de contar con buena salud, una buena ropa y equipo de expedición son fundamentales para el éxito del crucero, como se reveló durante otra sesión informativa para agentes de viajes y representantes de la prensa por la tarde. “Por muy agradable que pueda ser a bordo, sacar a la gente del barco es importante para nosotros”, explica Adam Turner, Chief Field Operations Manager de Oceanwide Expeditions. Sin embargo, actividades como paseos por la costa o excursiones se ofrecen en distintos niveles de dificultad: fácil, moderado y desafiante. Algunas actividades pueden incluso ofrecerse con poca antelación si el tiempo lo permite. Esto, según Oceanwide, es una de las ventajas de una empresa familiar como la suya, donde todos a bordo se unen en beneficio de una experiencia inolvidable.

Dicho esto, la jornada de navegación continúa. “Bill te da la bienvenida a una conferencia titulada ‘Taste of Scotland'” (10:30), “Andrew te invita a una presentación sobre las aves marinas del Mar del Norte” (15:30) y “Anthonie te invita a una presentación del Dogger Bank” (17:30) son solo tres puntos del programa que mantienen a todos “atentos”, como diría Bill.

Oportunidades y retos

Entre una presentación y otra, Sara Jenner da su charla sobre la experiencia Oceanwide y lo que los huéspedes pueden esperar al reservar una expedición en uno de los barcos de Oceanwide. Llena de entusiasmo, conocimientos y experiencia, se muestra orgullosa de que la flota de Oceanwide pueda navegar por itinerarios que otros barcos no pueden. Esto se debe a que el equipo de expediciones de Oceanwide, tras años de experiencia, conoce prácticamente todas las guaridas de los zorros polares, los bancos de arena favoritos de las morsas y las zonas de alimentación preferidas de las ballenas. También enfatiza con orgullo el hecho de que el número de animales salvajes, a pesar del número cada vez mayor de cruceros que visitan la Antártida, se ha recuperado tanto en los últimos años que el desembarque de pasajeros en playas populares se ha detenido recientemente ¡debido a que demasiados animales impedían el arribo de las zodiacs!

También destaca las ventajas de los distintos barcos de Oceanwide. El robusto Ortelius lleva su propio helicóptero, Plancius es popular por su pequeña capacidad de solo 100 pasajeros, mientras que Hondius, gracias a sus puertas en forma de concha, puede desembarcar a todos sus 176 pasajeros en poco más de 30 minutos, lo que permite a todos realizar más actividades al día.

Otras sesiones informativas durante el ajetreado día de navegación a bordo de Hondius corrieron a cargo del director F&B (restauración) y del director de ventas, completando así el “paquete informativo” para quienes no están a bordo “solo” para observar aves o ballenas. La alimentación, por ejemplo, ha cobrado importancia a medida que han aumentado las expectativas no solo en los cruceros en general, sino también en los buques de expedición. Sin embargo, la logística y las cadenas de suministro no han seguido el ritmo de esta evolución, por lo que todos los suministros al norte de Tromsø o al sur de Ushuaia siguen siendo un reto. Por ejemplo, cuando se piden suministros para dos meses, el equipo de restauración tiene que pedir en julio alimentos que se subirán a bordo en noviembre ¡y que deberían durar hasta enero! Un contenedor retrasado o un puerto de escala saltado pueden significar una pesadilla tanto para la tripulación como para los pasajeros a bordo y una dieta a base de fruta, especias o ciertos ingredientes durante días y días. La planificación meticulosa comienza entonces en la mesa del restaurante, donde se recupera la elección del menú de la noche para ayudar no solo a evitar el desperdicio de alimentos, sino también a guardar ingredientes que de otro modo podrían agotarse antes de lo previsto.

Seguidamente, Florian Piper, director de ventas del programa Arctic, aclara sobre las oportunidades y los retos que plantean las actividades de venta y marketing de Oceanwide. A diferencia de la mayoría de los competidores, señala, Oceanwide no solo vende camarotes enteros con un suplemento único del 70%, sino que también ofrece la posibilidad de reservar literas individuales en un camarote compartido del mismo sexo. Esto no solo abre el mercado de los cruceros de expedición a clientes que de otro modo no podrían permitirse un viaje así, sino que también ofrece a los pasajeros la posibilidad de entablar amistad con personas de ideas afines durante todo el crucero y más allá. Piper describe la política como “bastante popular”, con tarifas a partir de 500 euros al día en un camarote interior compartido de 4 literas. Un reto relativamente nuevo es la falta de conexiones aéreas, tanto en el hemisferio norte como en el sur, un fenómeno post-Covid al que también se enfrentan los operadores de cruceros del mercado de masas, que podrían llenar fácilmente sus barcos si sus pasajeros pudieran llegar hasta ellos.

Durante la cena, los miembros del equipo de expedición se mezclan con los pasajeros en sus respectivas mesas, lo que confiere al crucero un ambiente verdaderamente “familiar” desde el primer día. (No hace falta decir que el código de vestimenta a bordo es informal durante todo el viaje). También se hace difícil comer cuando uno escucha historias de encuentros con morsas y osos polares, intercambios nocturnos de comida entre barcos de expedición alejados de tierra firme e invitaciones de familias inuit locales que insisten en que todos prueben la carne de foca, una oferta que no se puede rechazar porque no solo se consideraría una ofensa, sino que podría poner en peligro valiosos vínculos personales de los que los operadores de cruceros de expedición difícilmente pueden prescindir.

El día termina a las 20:45 con el primer resumen de la vida salvaje, uno de los muchos que seguirán hasta las Svålbard. Los científicos de a bordo comparan sus propios avistamientos con los de los pasajeros, y se nombran especies de aves de las que muchos nunca habían oído hablar. Algunos afortunados pasajeros también han avistado focas, delfines, marsopas y ballenas durante el día y han colgado sus fotografías en la pantalla del jefe de expedición. Menos mal que hoy en día hay Bluetooth, Internet por satélite y Airdrop. ¡¿Cómo eran los cruceros de expedición cuando empezaron en los años setenta?!

Aberdeen

Son las 6 de la mañana cuando me levanto, no la 1, ¡pero mis tres compañeros de camarote ya se han ido a observar aves y a fotografiar! Nunca había estado en un crucero con tantos madrugadores. Intento compartir su entusiasmo mezclándome discretamente con ellos en la proa, pero por más que miro al cielo, solo veo gaviotas y algunos puntos negros volando por encima de la línea de flotación. Por no hablar del rorcual aliblanca que algunos dicen haber visto en el agua unos minutos antes. Hace falta mucha paciencia y resistencia, además de un ojo entrenado, para disfrutar de este tipo de actividades a bordo.

A las 6.30 de la mañana, el transbordador nocturno procedente de las islas Orcadas y Shetland pasa por Hondius, dirigiéndose antes que nosotros al puerto de Aberdeen. Media hora más tarde, suena la alarma en todo el barco, pero como todo el mundo estaba ya en pie al amanecer (o antes), resulta un poco inútil. Lamentablemente, nuestra llegada al muelle exterior del histórico puerto de Aberdeen a las 7.30 h coincidió con la apertura del restaurante para el desayuno, por lo que los que quisieron seguir la llegada se vieron obligados una vez más a saltarse una comida. Pero valió la pena, ya que nos vimos recompensados con un espectacular paso por los muelles históricos a ambos lados del río Dee antes de que una segunda entrada en el muelle, aún más cercana, obligara a Hondius a girar 180 grados y entrar en la popa del puerto interior.

Los observadores de aves y otros entusiastas de la vida salvaje no tardaron en saltar del barco inmediatamente después del control aduanero para continuar con sus respectivas actividades del día. Numerosos autobuses estaban ya reunidos en el muelle para llevarles a lugares como Newburgh-on-Ythan, la Forvie National Nature Reserve y Bullers of Buchan, todos ellos conocidos por su abundancia de aves marinas. Para mí, sin embargo, desembarcar a las 9 de la mañana significaba dejar Hondius y su increíble tripulación demasiado pronto, algo que me tomé muy a pecho en seguida. El enfoque de los cruceros de Oceanwide, centrado en la exploración y la educación, solo puede describirse como encantador y enriquecedor. Recuerda que en esta época barcos como Wonder of the Seas transportan a más de 7000 pasajeros, la mayoría de los cuales no se conocerán por su nombre salvo por coincidencia. Con solo 180 pasajeros asistidos por 74 miembros de la tripulación, la sensación inmediata y duradera a bordo de Hondius es la de una gran familia que comparte las mismas pasiones y se embarca en una aventura común.

Pensando en todo lo que quedaba por hacer en este crucero en particular, me entristeció mucho tener que dejar Hondius. Pero poco antes de desembarcar recibí mi “certificado de competencia polar”, escrito a mano por Bill, firmado por Sara y con el “Sello de Aprobación”. Al ver una foto de una Otaria orsina antártica me di cuenta de que ¡tendré que volver a uno de los barcos de Oceanwide lo antes posible!

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Kai Ortel

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