Test rápido de Legionella: Imprescindible en la Maleta
Cuando preparas la maleta para un crucero, es fácil centrarse en lo esencial como trajes de baño, gafas de sol y protector solar. Sin embargo, entre la emoción por la partida, es fundamental no descuidar la salud y la seguridad: nadie quiere que sus vacaciones se arruinen por una enfermedad inesperada. Con el creciente riesgo global relacionado con la Legionella, Greg Rankin, CEO de Hydrohawk, explica por qué un kit para la prueba rápida de Legionella debería acompañarte también en el mar.
Muchas personas ya han oído hablar de la enfermedad del legionario, una forma grave de neumonía causada por la inhalación de gotas de agua contaminadas con la bacteria Legionella. La infección puede volverse muy seria, incluso letal, especialmente para quienes tienen más de 45 años, fumadores, personas inmunodeprimidas o quienes se están recuperando de una cirugía o usan dispositivos respiratorios.
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Lo que probablemente es menos conocido es que, a pesar del lujo y las comodidades ofrecidas, los cruceros pueden representar un riesgo mayor que el promedio de exposición a la Legionella.
Según Rankin, a menudo se asocia la Legionella con grandes instalaciones terrestres, como hoteles u hospitales, pero los cruceros crean un ambiente único que puede hacerlos particularmente vulnerables. En esencia, muchos cruceros funcionan como verdaderas ciudades flotantes, con miles de pasajeros y tripulantes que comparten un complejo sistema de agua utilizado para duchas, piscinas, spas y aire acondicionado. Además, los barcos hacen escala en diferentes puertos, tomando agua de fuentes variadas, que no siempre están sujetas a los mismos estándares de control: una condición ideal para la proliferación bacteriana.
También las áreas de bienestar, como piscinas y jacuzzis, ampliamente presentes en los barcos, representan puntos críticos. Las bañeras calientes, por ejemplo, son notoriamente riesgosas: el agua tibia, combinada con los chorros que nebulizan vapor, crea el ambiente perfecto para la multiplicación y propagación de la Legionella.
Casos recientes confirman que el riesgo es real. Entre 2022 y 2024, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) investigaron 12 casos de Legionella en dos cruceros, diez de los cuales requirieron hospitalización. Un solo barco registró ocho casos, representando el brote más grande investigado por el CDC en una sola embarcación desde 2008. Además, un estudio realizado cerca de Sicilia reveló que un tercio de los cruceros analizados dio positivo para Legionella pneumophila, la cepa más peligrosa, encontrada en grifos y duchas a bordo.
Considerando que la edad promedio de los pasajeros de crucero es alrededor de 55 años, el asunto se vuelve aún más serio, ya que este grupo es estadísticamente más vulnerable a los efectos graves de la infección.
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Naturalmente, esto no es una invitación al pánico. La mayoría de los operadores de cruceros son plenamente conscientes del riesgo y aplican programas de gestión de seguridad del agua que incluyen desinfección regular, control de temperatura, tratamientos químicos y monitoreo constante de los sistemas hídricos. Muchas naves también cumplen estrictos estándares internacionales en materia de seguridad e higiene.
Sin embargo, incluso los sistemas más eficientes no son infalibles. Los barcos son enormes, con redes hidráulicas complejas y un constante cambio de pasajeros y personal. Con el tiempo, en las tuberías pueden formarse biofilms (capas de bacterias que favorecen la supervivencia de la Legionella), los programas de mantenimiento pueden retrasarse y las bacterias pueden proliferar, especialmente en áreas poco usadas o en sistemas más antiguos. Además, itinerarios más apretados y ciclos operativos más cortos pueden dar lugar a errores.
Para quienes viajan en crucero, especialmente si pertenecen a un grupo de riesgo, se recomienda adoptar medidas precautorias adicionales.
La buena noticia es que no se necesita nada complicado. Una de las soluciones más efectivas hoy disponibles es el kit de prueba rápida para Legionella de Hydrohawk. Estos kits son compactos, fáciles de transportar y muy simples de usar. No hace falta ser un científico: basta con tomar una muestra de agua del grifo o la ducha de la cabina, realizar la prueba y en solo 25 minutos se obtiene el resultado. Una manera rápida y práctica de tener mayor tranquilidad y, potencialmente, evitar una infección.
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Otras medidas preventivas simples que deberías adoptar incluyen dejar correr el agua de los grifos y la ducha por unos minutos al llegar a tu cabina, para eliminar posibles estancamientos donde las bacterias podrían haberse acumulado. También es importante tener precaución en áreas con vapor caliente, como spas, saunas y jacuzzis, especialmente si padeces enfermedades previas. Usa solo instalaciones que parezcan bien mantenidas. En general, si no te sientes bien, aunque sea ligeramente, se recomienda tomar precauciones adicionales, ya que tu sistema inmunológico podría estar debilitado.
Los cruceros deberían ser experiencias relajantes, placenteras e inolvidables — por todas las razones correctas. Entrar en contacto con la bacteria Legionella no debería formar parte del viaje. Aunque los operadores de cruceros trabajan arduamente para garantizar ambientes seguros, la verdad es que ningún sistema es infalible, especialmente en contextos complejos como los marítimos.
Cuidar tu salud llevando contigo un kit rápido para la prueba de Legionella es un gesto simple y proactivo que puede hacer una gran diferencia para vivir un crucero más seguro y tranquilo. Para más información, visita: https://www.amazon.co.uk/dp/B0DBM1GMMG
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