Scenic Eclipse II: Fiestas en el Confín del Mundo


Para quienes desean vivir las fiestas de manera verdaderamente diferente, lejos de las luces de la ciudad y del bullicio de las celebraciones tradicionales, Scenic Cruises propone una experiencia única: 25 días entre los hielos de la Antártida Oriental, del 13 de diciembre al 6 de enero, a bordo del Scenic Eclipse II.

Un viaje que combina exploración, lujo y maravilla natural, siguiendo los pasos del legendario explorador Sir Douglas Mawson, en una de las regiones más remotas e intactas del planeta. Imagina despertar en la mañana de Navidad rodeado por un horizonte infinito de hielo, donde el silencio solo se rompe con el crujido de los bloques de hielo en movimiento y el lejano llamado de los pingüinos. No hay luces de colores ni frenesí, sino un sentido de paz absoluta y gratitud por estar en uno de los lugares más puros de la Tierra. Esta es la esencia de Mawson’s Antarctica: Along the East Coast, un viaje que transforma las fiestas en un momento de profunda conexión con la naturaleza y con uno mismo.

A bordo del Scenic Eclipse II, cada detalle está pensado para ofrecer un confort total sin comprometer la esencia de la exploración. Con suites espaciosas con terrazas privadas, restaurantes gourmet y un equipo de expertos polares, este crucero es tanto una expedición científica como una experiencia de puro placer.

El viaje comienza en Queenstown, Nueva Zelanda, donde una noche en hotel permite aclimatarse entre paisajes montañosos y lagos cristalinos. Al día siguiente, un traslado panorámico conduce a Bluff, en el extremo sur de la isla, punto de partida para la aventura antártica. Allí, tras embarcarse en el Scenic Eclipse II, inicia la travesía hacia el sur, por aguas cada vez más frías y llenas de vida. Albatros, ballenas y focas anuncian el encuentro con el continente helado.

A bordo, el tiempo transcurre suavemente entre conferencias de geólogos, glaciólogos y biólogos marinos del Discovery Team, sesiones de fotografía polar y momentos de relax en el Senses Spa o en el Lounge Bar, donde se pueden degustar más de 130 tipos de whisky y champán francés, siempre incluidos en la experiencia Scenic.A

l cruzar la Convergencia Antártica, la temperatura desciende y aparecen los primeros icebergs. La sensación es entrar en otro mundo, un reino silencioso y grandioso, donde cada elemento refleja el poder y la fragilidad de la naturaleza. Los días siguientes alternan excursiones en Zodiac entre los hielos, caminatas por islas deshabitadas, observación de pingüinos Adelia y focas, y momentos de contemplación desde la terraza panorámica del puente. Uno de los lugares más fascinantes del viaje es la Mertz Glacier Tongue, una enorme lengua glaciar que se adentra en el mar. Si las condiciones lo permiten, se puede presenciar el majestuoso desprendimiento de bloques de hielo, que caen al océano con un estruendo ensordecedor.

El 25 de diciembre es un día especial. A bordo, el espíritu navideño se celebra de manera elegante e íntima: decoraciones refinadas, menús gourmet inspirados en las fiestas, dulces tradicionales y un brindis con champán. Pero la verdadera magia está afuera, donde el horizonte blanco y el cielo despejado recuerdan lo extraordinario que puede ser pasar la Navidad lejos del mundo, pero tan cerca de la esencia de la vida. Quien lo desee puede participar en una excursión opcional en helicóptero, que ofrece una perspectiva única de un paisaje que parece de otro planeta.

En los días siguientes, el barco llega a Commonwealth Bay, uno de los lugares más icónicos de la historia de las exploraciones antárticas. Allí se encuentra el campamento del explorador australiano Sir Douglas Mawson, protagonista de la expedición de 1911–1914. Gracias a un vuelo en helicóptero incluido, los huéspedes pueden visitar sus cabañas perfectamente conservadas, hoy protegidas como un valioso sitio histórico. Entrar en estas estructuras de madera, rodeadas de nieve y viento, es revivir la era heroica de la exploración polar, imaginando la vida de los hombres que enfrentaron el frío extremo con instrumentos rudimentarios y un coraje inmenso. Durante la estancia en la zona, se realizan clases y encuentros con científicos e investigadores de la Mawson’s Huts Foundation y del Cape Denison Seabird Research Team, que comparten historias, descubrimientos y proyectos de conservación.

El 31 de diciembre, mientras el barco navega entre icebergs y aguas brillantes, la luz del sol nunca desaparece por completo. Bajo el sol de medianoche, los huéspedes se reúnen en la cubierta para brindar por el Año Nuevo. Un fin de año sin oscuridad, donde el champán se mezcla con la luz dorada y el tiempo parece suspendido. No hay fuegos artificiales, pero el resplandor del hielo y la conciencia de estar en el lugar más remoto del planeta convierten este momento en un recuerdo imborrable.

Con el inicio del nuevo año, el Scenic Eclipse II pone rumbo al norte, ofreciendo aún días de navegación, conferencias, momentos de relax y encuentros sociales. La travesía termina en Hobart, Tasmania, donde la vibrante y artística atmósfera de la ciudad recibe a los viajeros con un toque de calidez después de semanas de hielo y silencio. Allí, se puede elegir entre visitas a museos de arte contemporáneo, degustaciones de vinos y ostras locales, o exploraciones por los paisajes naturales que rodean la ciudad. Es una forma suave y elegante de regresar lentamente a la realidad.

Mawson’s Antarctica: Along the East Coast no es solo un crucero, sino una expedición del alma. Es una experiencia que invita a desacelerar, observar y maravillarse. Pasar la Navidad y el Año Nuevo en la Antártida significa abandonar lo superfluo y redescubrir el valor de la autenticidad: un lujo que solo la naturaleza puede ofrecer.

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Giorgia Lombardo

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