Scenic: De fortalezas canadienses al encanto de NYC


Navegar desde las costas canadienses hasta las de Estados Unidos por el Atlántico es mucho más que unas vacaciones: es una inmersión profunda en la historia, la cultura y los paisajes de dos grandes naciones. A bordo del Scenic Eclipse, este crucero de 11 noches, con salida en septiembre de 2026, es una experiencia que entrelaza la elegancia de la navegación moderna con el encanto atemporal de ciudades fortificadas, puertos históricos, islas azotadas por el viento y centros artísticos vibrantes.

Desde el corazón francófono de Canadá hasta la energía arrolladora de la ciudad de Nueva York, cada escala de este itinerario está pensada para sorprender, inspirar y encantar. El viaje comienza en Montreal, la mayor ciudad francófona de las Américas. Su alma europea se respira caminando por las calles empedradas del casco antiguo, admirando la majestuosidad de la Basilique Notre‑Dame y saboreando especialidades locales como la poutine o la famosa bagel de Montreal.

La primera parada es Québec, ciudad‑fortaleza fundada en 1608, hoy Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus calles empedradas, rodeadas por muros históricos, cuentan más de 400 años de historia colonial francesa. La majestuosa silueta del Château Frontenac domina las alturas, mientras la Terrasse Dufferin regala vistas espectaculares sobre el río San Lorenzo. Pasear por aquí equivale a retroceder en el tiempo, entre catedrales, bastiones y artistas callejeros. Al caer la noche, el barco retoma la ruta, y las luces de la ciudad centellean detrás, mientras uno se prepara para un día de pura contemplación. La navegación por el río San Lorenzo es un espectáculo en sí misma. Esta vía fluvial icónica conecta los Grandes Lagos con el océano Atlántico, atravesando paisajes que rebosan historia y naturaleza. Desde la veranda privada de la suite o con un café en el bar, podrás contemplar pequeños pueblos de pescadores, faros antiguos y —en otoño— los espectaculares matices rojizos de los bosques ribereños. Es el momento perfecto para relajarse, reflexionar y disfrutar de la lentitud del viaje.

Al llegar a Charlottetown, en la Isla del Príncipe Eduardo, descubrirás una ciudad vibrante, vinculada profundamente con la historia canadiense y la identidad literaria de Anne of Green Gables. La isla, habitada por los Mi’kmaq durante milenios, fascina con sus costas arenosas, sus mercados locales y su estilo de vida relajado. La siguiente parada es Pictou, en Nueva Escocia, a menudo llamada la cuna de Nova Scotia por su fuerte vínculo con la cultura escocesa. El puerto es animado y acogedor; los museos cuentan historias de inmigración, pesca y comunidades resilientes. También es una de las capitales canadienses de la langosta, celebrada con un festival anual que atrae visitantes de todo el país.

En Halifax, capital de Nueva Escocia, se siente la vitalidad de una ciudad portuaria rica en contrastes. Desde la histórica ciudadela que domina lo alto, con su cañón ceremonial, hasta el moderno malecón lleno de cervecerías, galerías, museos y locales de moda, la ciudad ofrece infinitas posibilidades. Sus jardines públicos son un refugio verde, mientras las calles del centro vibran con música en vivo y cultura. Lunenburg, la próxima escala, parece salida de una postal antigua. Esta villa, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, conserva intacta su alma marítima y protestante, con casas de colores vivos, iglesias de madera y talleres artesanales. Pasear por sus calles es un placer auténtico, cada rincón es perfecto para una fotografía. Aquí, el tiempo parece realmente detenerse.

El viaje continúa hacia Estados Unidos, con llegada a Bar Harbor, en Maine, puerta de entrada al Parque Nacional Acadia. Aquí, la naturaleza reina suprema: acantilados rocosos, bosques boreales, lagos glaciares y playas salvajes configuran un paisaje impresionante. Bar Harbor también conserva el encanto de destino vacacional de élite, con restaurantes de cocina local y boutiques refinadas. En Provincetown, Massachusetts, entras en el corazón artístico de la costa Este. Esta población libre e inclusiva, querida por artistas y creativos, ofrece galerías de arte, mercadillos y restaurantes de tendencia. Un recorrido en el típico trolley permite explorar su historia y personalidad. Por la tarde-noche, la Scenic Eclipse atraviesa el famoso Canal de Cape Cod — un momento icónico de este viaje marítimo.

Oak Bluffs, en Martha’s Vineyard, es una pequeña joya que encarna la historia afroamericana de la isla. Sus casitas de colores pastel, el carrusel antiguo y la atmósfera acogedora hacen de esta escala un himno a la diversidad y la belleza. También fue escenario de la novela The Wedding de Dorothy West, escritora de la época del Renacimiento de Harlem.

El arribo a Nueva York es el broche de oro de este itinerario inolvidable. Navegar frente a la Estatua de la Libertad y al skyline de Manhattan es un momento emocionante, cargado de significado. El día libre permite explorar la ciudad con libertad: desde museos de fama mundial y parques verdes, hasta las tiendas elegantes de la Quinta Avenida y las calles artísticas del Village; cada rincón ofrece un nuevo descubrimiento.

Este crucero de Montreal a Nueva York atraviesa fronteras geográficas y culturales, uniendo comodidad absoluta con descubrimiento auténtico. Cada día abre un nuevo capítulo de una historia que mezcla pasado y presente, historia y leyenda, naturaleza salvaje y metrópolis icónicas. Una ruta elegante y envolvente, pensada para viajeros curiosos, refinados y deseosos de vivir el mundo desde un punto de vista exclusivo.

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Giorgia Lombardo

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