Américas de ensueño: el Grand Journey 2027 de Crystal
En 2027, Crystal invita a los amantes de los viajes a vivir una experiencia inolvidable a bordo del Crystal Serenity con su Grand Journey, un viaje de 71 noches que promete una inmersión total en las diversas culturas, los paisajes impresionantes y las ciudades vibrantes de las Américas.
Desde la energía de Nueva York hasta los silenciosos fiordos chilenos, pasando por las playas de arena rosa del Caribe y las maravillas naturales e históricas de cada destino, este crucero es mucho más que una simple navegación: es una oportunidad para descubrir el mundo con ojos nuevos, inmersos en el confort y el lujo sin compromisos del Crystal Serenity.
Crystal Serenity
El viaje comienza en la icónica Nueva York, la metrópoli más grande de los Estados Unidos y una ciudad que ofrece aventuras infinitas. Se puede elegir dar un paseo relajante en bicicleta por los senderos de Central Park, asistir a un espectáculo de fama mundial en los teatros de Broadway, o admirar la increíble vista de Manhattan desde la cima del edificio más alto del hemisferio occidental. Nueva York es el punto de partida perfecto para este crucero que une cultura, energía y paisajes únicos. Después de dos días de navegación, la primera parada es Bermudas, un puerto histórico que ha recibido barcos europeos durante siglos. Esta isla británica es famosa por sus playas de arena rosa y sus aguas cristalinas, además de sus mercados artesanales y restaurantes animados. Entre las atracciones imperdibles están el Museo Nacional de Bermudas, que alberga artefactos de antiguos naufragios, y las maravillosas cuevas de la era glaciar. Las ciudades de St. George’s y Hamilton ofrecen una mezcla fascinante de arquitectura colonial y naturaleza exuberante.
El séptimo día se llega a St. John’s, la capital de Antigua y Barbuda, un lugar que une historia y el típico relax caribeño. Caminando por la ciudad, uno se maravilla con los edificios coloniales de colores pastel, los mercados llenos de vida y los pequeños cafés donde degustar las especialidades locales. No se puede perder una visita a la Catedral de St. John’s o a las ruinas del Fuerte James, desde donde se disfruta una vista impresionante del mar. Y, por supuesto, las playas de Dickenson Bay y Runaway Bay son perfectas para relajarse o para dedicarse al snorkel y la vela. Al día siguiente se llega a Pointe-à-Pitre, el corazón vibrante de Guadalupe, donde la influencia francesa se mezcla armoniosamente con la caribeña. Entre mercados coloridos y calles sombreadas por palmeras, se respira una atmósfera única, hecha de cocina fusión y música local. Un lugar imperdible es la Catedral de St-Pierre et St-Paul, una verdadera joya arquitectónica que une estilos gótico y románico.
Fort Lauderdale
St. John’s
Point a Pitre
El octavo día regala el exclusivo encanto de St. Barts, la isla favorita de las celebridades. Sus 22 playas de ensueño, como Anse de Flamanes o Baie de St-Jean con sus característicos bistrós frente al mar, invitan a momentos de puro placer, entre relajación y deportes acuáticos. El viaje continúa en San Juan, Puerto Rico, ciudad rica en historia y cultura. Aquí se encuentra La Fortaleza, la residencia del gobernador más antigua del hemisferio occidental, y un curioso reloj de caoba detenido en el último periodo de dominio español, que narra con sencillez una página importante de la historia local. En Basse-Terre, capital de St. Kitts, se respiran las raíces británicas a través de monumentos como el Treasury Building y el Circus, inspirado en Piccadilly Circus de Londres. Más allá de la arquitectura, hay playas blancas y paisajes montañosos realmente espectaculares.
Al llegar a Santa Lucía, la naturaleza se impone con sus icónicos Pitons: dos montañas imponentes que se asoman al mar creando un escenario natural único. La isla cautiva con bahías tranquilas, vegetación exuberante y una atmósfera criolla irresistible. Tobago, en cambio, es el paraíso de la tranquilidad y el verde, perfecto para quien quiere sumergirse en la naturaleza. La capital Scarborough alberga jardines botánicos y fortificaciones históricas, mientras que el interior invita a explorar bosques y plantaciones de cacao. Luego se llega a las Îles du Salut, en la Guayana Francesa, famosas por su historia como colonia penal, en particular Devil’s Island. Hoy, aunque la isla principal está cerrada a los visitantes, las ruinas en Isle Royale cuentan una historia intensa y conmovedora.
En Brasil, Fortaleza recibe con playas doradas como Praia do Futuro, perfecta para disfrutar de una caipirinha y del ritmo brasileño. La ciudad también ofrece el Dragão Center, un moderno centro cultural, y mercados artesanales llenos de cerámicas y encajes. Por último, en Maceió se cierra el capítulo brasileño con una ciudad moderna pero ligada a su historia. Entre lagunas, manglares, edificios de estilo Belle Époque y playas de arena finísima, la relajación está asegurada y la belleza natural cautiva.
San Juan
St. Barts
Entrando en el mes de noviembre, el viaje continúa con paradas inolvidables entre las maravillas de Brasil y Sudamérica. Se parte de Salvador de Bahía, una ciudad rica en historia y cultura afrobrasileña, donde la vibrante atmósfera de las fiestas callejeras se entrelaza con la profunda herencia de la tradición y la espiritualidad. Después de un día de navegación, se llega a Río de Janeiro, un lugar icónico conocido por el Cristo Redentor, las playas de Copacabana e Ipanema y el Carnaval, que infunden energía y alegría contagiosa a cada visitante. El viaje prosigue con el descubrimiento de Ilhabela, una isla de historia y naturaleza intacta, perfecta para quienes buscan un equilibrio entre cultura y paisajes impresionantes. Balneario Camboriú ofrece en cambio una mezcla de vida nocturna, playas y naturaleza, con vistas espectaculares desde su famoso parque Unipraias. Tras otra navegación, se llega a Montevideo, capital de Uruguay, vibrante de cultura y sabores locales, y luego a Buenos Aires, ciudad de tango y arquitectura fascinante, donde la historia se respira en cada rincón.
La costa sudamericana continúa con la visita a Punta del Este, un sofisticado balneario, y Puerto Madryn en la Patagonia, puerta de acceso a la fauna marina única y a los espectaculares paisajes naturales. El recorrido sigue hacia las Islas Malvinas y Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, con sus aventuras naturalistas entre canales, bosques y vida silvestre. Punta Arenas y la región de Magallanes ofrecen luego una inmersión en las maravillas naturales de Chile, entre parques nacionales, glaciares y majestuosos fiordos. El viaje continúa con el descubrimiento de Castro, capital de la isla de Chiloé, en el corazón del Lake District chileno. Famosa por sus palafitos de colores arcoíris que dan al puerto, Castro también encanta con sus iglesias de madera, 16 de las cuales son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, construidas por misioneros jesuitas entre los siglos XVII y XVIII, símbolo de la riqueza cultural del archipiélago. Para quienes prefieren el arte contemporáneo, el Museo de Arte Moderno de Chiloé ofrece exposiciones permanentes y temporales de gran impacto. Los amantes de la naturaleza y la espiritualidad encuentran en Chiloé una experiencia única entre densos bosques, colinas azotadas por el viento y una cultura rica y auténtica.
St Kitts
Devil’s Island
Rio De Janeiro
Desde allí, se traslada a Puerto Montt, enmarcada entre los Andes y el Océano Pacífico, puerta de entrada a la Patagonia chilena y cercana a las maravillas del archipiélago de Chiloé. El centro de la ciudad, animado y característico, invita a pasear entre puestos de artesanía con ponchos hechos a mano y el mercado de pescado, donde se encuentran especialidades fresquísimas, entre ellas el famoso salmón local. Los paisajes impresionantes de volcanes nevados y bosques frondosos hacen de la zona un paraíso para los amantes de las actividades al aire libre. Luego se llega a Valparaíso, la ciudad más artística de Chile, un verdadero cuadro viviente con sus casas de colores que trepan por las colinas impulsadas por la brisa marina. Fundada en el siglo XVI, la ciudad desempeñó un papel clave en el comercio marítimo y su arquitectura refleja siglos de influencias coloniales, europeas e indígenas. Valparaíso, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2023, es un centro cultural y artístico, donde funiculares históricos y callejones tortuosos cuentan historias de un pasado rico y vibrante, hoy aún vivo y palpitante. El puerto de Coquimbo, con sus coloridos barcos pesqueros y sus amplias y acogedoras playas, es uno de los destinos costeros más queridos de Chile. Con su barrio Barrio Inglés, animado durante el día con mercados y puestos de comida callejera como anticuchos y empanadas, se llena de vida por la noche con bares y restaurantes concurridos. Además del mar, Coquimbo ofrece también tesoros culturales y naturales entre iglesias históricas, museos, arquitectura neocolonial y parques nacionales cercanos.
Finalmente, en diciembre los huéspedes continuarán su descubrimiento a lo largo de la costa pacífica y caribeña de América Latina, tocando algunas de las ciudades más fascinantes de la región. Se partirá desde Iquique, en el norte de Chile, donde el clima templado todo el año, las playas enmarcadas por palmeras como Playa Cavancha y el encanto de antiguas ciudades fantasma, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, cuentan historias de un pasado ligado a la industria del salitre. Continuando por la costa peruana, se hará una parada en Puerto San Martín, un puerto animado donde la tradición marinera se fusiona con la cultura del Pisco, y en Callao, puerta de acceso a la capital Lima, con sus monumentos coloniales, plazas históricas y la cocina peruana destacada por sus sabores frescos y decididos, como el famoso ceviche. Más al sur, Salaverry seduce con su historia antigua ligada a las civilizaciones Moche y Chimú y con el encanto de un pequeño pueblo de pescadores que se ha convertido en destino para surfistas en busca de tranquilidad y olas perfectas.
Punta Arenas
Montevideo
Cruzando el Ecuador, se llega a Guayaquil, la “Perla del Pacífico”, con su vibrante Malecón 2000 y el colorido barrio de Las Peñas, que ofrecen vistas perfectas para sumergirse en la vida local y admirar la naturaleza urbana. El itinerario continúa cruzando el famoso Canal de Panamá, donde Fuerte Amador se presenta como un punto de encuentro entre historia y modernidad. Antiguamente una fortaleza para defender la entrada al canal, hoy es una puerta de acceso a la vibrante Ciudad de Panamá, ciudad que fusiona hábilmente el pasado colonial con el ritmo vibrante de la vida contemporánea, enriquecida con parques verdes y paseos marítimos acogedores. Desde aquí, la mirada se dirige hacia la costa caribeña, con Puerto Limón en Costa Rica, un puerto que cuenta historias de comercio, culturas y naturaleza exuberante, donde las playas blancas y las aguas turquesas invitan a sumergirse en un paraíso tropical. La ruta continúa hacia Santo Tomás de Castilla en Guatemala, un cruce de aventuras entre cascadas, selvas tropicales y antiguas ciudades mayas, mientras que la ciudad de Belice fascina con su proximidad al arrecife de coral más grande del continente y a sitios arqueológicos llenos de misterio e historia.
Finalmente, el viaje concluye con las joyas de México: desde la isla de Cozumel, con sus playas de postal y los misterios de la civilización maya, hasta Progreso, donde el muelle más largo del mundo se alza sobre el Golfo de México y los sitios arqueológicos de Chichén Itzá y Uxmal están listos para contar antiguas leyendas. Después de días de descubrimientos, historia y naturaleza, la llegada a Fort Lauderdale marca el perfecto epílogo del viaje: una ciudad vibrante y acogedora, con playas doradas y una atmósfera relajada, donde el sol de Florida da la bienvenida a quienes han vivido una experiencia inolvidable entre las maravillas del continente americano.
Callao
Belize City
El Grand Journey de Crystal ofrece a los viajeros una perspectiva excepcional del mundo, combinando el espíritu de la aventura con el máximo confort. Estos cruceros extendidos llevan a los huéspedes a destinos soñados, pasando de metrópolis vibrantes a tranquilas playas aisladas, atravesando culturas y paisajes en constante transformación. Las experiencias en tierra se enriquecen gracias a una asociación exclusiva con Abercrombie & Kent, que permite acercar a los huéspedes a los aspectos más auténticos y menos conocidos de cada destino. Durante eventos exclusivos, organizados por expertos locales, los viajeros tienen la oportunidad de sumergirse en la rica herencia cultural de los lugares visitados, compartiendo estos momentos con otros apasionados por los viajes.
A bordo, la gastronomía representa un viaje culinario de altísimo nivel. Menús premiados, diseñados para satisfacer todos los gustos, se acompañan con vinos vintage seleccionados con esmero. Un programa detallado de actividades culinarias, tanto en tierra como en el mar, convierte cada comida en una experiencia completa y refinada. La hospitalidad firmada por Crystal garantiza una acogida auténtica, con un personal altamente calificado listo para ofrecer un servicio impecable las 24 horas del día.
El Grand Journey 2027 de Crystal, por tanto, no es solo un crucero, sino un viaje emocionante que une confort, lujo y aventura, llevando a los huéspedes por algunos de los lugares más fascinantes de las Américas. Cada día a bordo del Crystal Serenity es una oportunidad para vivir nuevas experiencias, descubrir culturas diferentes y disfrutar de servicios exclusivos que transforman el viaje en un recuerdo inolvidable.
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