Albatros Expedition: aventura ártica en Groenlandia


Groenlandia, tierra de hielos eternos y leyendas vikingas, representa una de las últimas fronteras de la aventura para los amantes de la naturaleza y la cultura. El itinerario Greenland Explorer – From Iceland to Greenland propuesto por Albatros Expeditions ofrece una experiencia única, siguiendo las rutas de los primeros exploradores nórdicos y sumergiéndose en la extraordinaria belleza del Ártico. 

Esta expedición, con una duración de 12 días, comienza en Reikiavik: una capital que fascina con su equilibrio entre modernidad nórdica y antiguas raíces islandesas. Tras embarcar en el Ocean Albatros, los huéspedes son recibidos con una atmósfera cálida y profesional. 

La salida desde la costa islandesa lleva al barco hacia el Estrecho de Dinamarca, trazando las antiguas rutas recorridas por los vikingos siglos atrás. Durante esta navegación, el tiempo a bordo se puede dedicar a actividades relajantes, como una visita al spa o un paseo por la cubierta para observar aves marinas y el cielo ártico, o momentos de profundización cultural gracias a conferencias impartidas por el equipo de la expedición, dedicadas a la historia, geología y fauna del territorio que se está explorando. 

Posteriormente, se llega a la costa oriental de Groenlandia: el primer contacto es con el pueblo de Tasiilaq, el más grande de la región. Situado en la isla de Ammassalik, Tasiilaq se presenta como una comunidad que vive en un paisaje dominado por montañas escarpadas y glaciares resplandecientes. 

Aquí los visitantes tienen la oportunidad de descubrir la cultura de los Tunumiit, rama oriental del pueblo inuit. La experiencia incluye una visita al museo etnográfico, donde se exhiben objetos tradicionales y espectáculos de danzas típicas. Quienes desean explorar la naturaleza pueden participar en una excursión al Valle de las Flores, un área rica en vegetación y atravesada por arroyos glaciares. 

Continuando por la costa oriental, el día siguiente está dedicado al descubrimiento de Ikateq y Kuummiut. Ikateq, hoy deshabitado, narra una historia olvidada: durante la Segunda Guerra Mundial albergó una base aérea estadounidense, de la cual aún son visibles las infraestructuras, silenciosas y corroídas por el tiempo. Pasear entre estos restos es como entrar en un capítulo suspendido de la historia del siglo XX, en un contexto paisajístico que amplifica la sensación de aislamiento y misterio. 

Después de esta evocadora parada, se continúa hacia Kuummiut, un pequeño pueblo habitado principalmente por pescadores. Aquí los huéspedes pueden observar la preparación del pescado, conocer las técnicas artesanales de conservación y aprender sobre las costumbres locales de sus habitantes, guardianes de una cultura que se ha adaptado durante siglos a un entorno tan hostil como fascinante. 

El viaje continúa con la navegación por el fiordo de Sermilik, uno de los más majestuosos de Groenlandia oriental. Aquí el paisaje se vuelve casi surrealista: cientos de icebergs flotan en aguas cristalinas. Las excursiones en zodiac permiten acercarse a estos gigantes de hielo con total seguridad, ofreciendo perspectivas impresionantes y la oportunidad de fotografiar reflejos y transparencias inimaginables. 

Durante la navegación no es raro avistar focas descansando sobre pequeños bloques flotantes o, con un poco de suerte, una ballena que emerge para respirar. La inmensidad del paisaje y de su fauna brinda a los huéspedes una experiencia única de profundo respeto y maravilla. 

Dirigiéndose hacia el sur, el Ocean Albatros llega a Skjoldungen, una península deshabitada que ofrece uno de los paisajes más particulares de toda la expedición. Las montañas se elevan verticalmente desde las aguas y los glaciares se deslizan hacia el mar. Las excursiones a tierra son auténticas exploraciones: los senderos serpentean entre valles glaciares, rocas pulidas y restos de antiguos asentamientos que testimonian el paso de los inuit en tiempos remotos. 

La navegación continúa por el majestuoso Prins Christian Sund, un paso estrecho y espectacular que corta la punta sur de Groenlandia. Aquí el barco se mueve lentamente entre paredes de roca y grandes glaciares, regalando un panorama que parece salido de un sueño. 

Al final del Sund se encuentra el pueblo de Aappilattoq, un pequeño asentamiento colorido donde la vida cotidiana continúa con sencillez y orgullo. Los visitantes pueden explorar el territorio caminando entre las casitas de madera, dialogar con los habitantes y descubrir una Groenlandia única en su género. 

Más hacia el oeste está Qassiarsuk, uno de los lugares históricamente más significativos de Groenlandia. Aquí, a finales del siglo X, Erik el Rojo fundó el asentamiento vikingo de Brattahlíð, marcando el inicio de la colonización nórdica de la isla. Hoy es posible visitar las reconstrucciones de las casas vikingas y de la iglesia de Þjóðhildur. 

La visita continúa en Itilleq Kujalleq, un pueblo agrícola donde la actividad principal es la cría de ovejas. El paisaje, sorprendentemente verde para ser Groenlandia, muestra otra cara de la isla, compuesta por campos cultivados, suaves colinas y un estilo de vida ligado principalmente a la tierra. 

Mientras el barco navega hacia el norte por la costa, se llega a Nuuk, la capital de Groenlandia. La ciudad es un punto de encuentro entre pasado y futuro: los edificios modernos se mezclan con las tradicionales casas de madera, y la cultura inuit convive con la influencia danesa. Aquí los visitantes pueden explorar el Museo Nacional de Groenlandia, donde se exhiben restos arqueológicos y las famosas momias de Qilakitsoq, o pasear entre cafés, galerías de arte y mercados locales donde se encuentran productos artesanales únicos. 

La penúltima parada del viaje es el pueblo de Kangaamiut, situado entre altos acantilados y fiordos profundos. Aquí los huéspedes pueden asistir a la elaboración artesanal de pieles o a la construcción tradicional de kayaks. Cerca se encuentra el Evighedsfjorden, el “Fiordo de la Eternidad”, llamado así por su majestuosidad y la sensación de suspensión que se experimenta al navegarlo. Las paredes rocosas, los glaciares que rozan el agua y la absoluta quietud hacen de este lugar una conclusión perfecta para un viaje lleno de emociones. 

La expedición concluye en Kangerlussuaq, donde, tras el desembarque, los huéspedes son acompañados al aeropuerto para el vuelo chárter de regreso a Copenhague, vía Keflavik. Con este viaje, Albatros Expeditions logra la hazaña de combinar confort y aventura, conocimiento y asombro, ofreciendo un crucero ártico que es también un viaje interior. 

Quienes eligen este itinerario regresan a casa enriquecidos, no solo con fotografías, sino con nuevas conciencias: la fragilidad de la naturaleza, la fuerza de la tradición, el encanto de lo lejano. En un mundo que corre rápido, esta expedición regala el raro privilegio de desacelerar y sentir, realmente, la respiración del planeta. 

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Mara Di Dio

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