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4 de mayo de 2025

La ciudad de Oporto atrae cada año a millones de turistas de todo el mundo, gracias a su belleza, al encanto de sus atracciones y a su rica historia. Oporto es la puerta de entrada y el punto de partida ideal para un viaje a través de la diversidad paisajística y cultural de Portugal. Cada vez más, Oporto se incluye como una parada principal en los itinerarios de los cruceros fluviales, debido a su carácter auténtico y su patrimonio lleno de matices.

La Catedral es el punto de partida ideal para visitar Oporto (o Porto, como también se le conoce). Conocida como Sé Catedral, es una de las joyas arquitectónicas y religiosas más importantes de la ciudad. Situada en el corazón del centro histórico, es un emblema que se alza majestuoso sobre una colina, ofreciendo una vista espectacular de la ciudad y del río Duero. La Catedral de Oporto tiene una historia milenaria, con orígenes que se remontan al siglo XII. Su construcción comenzó en 1110 por orden del primer obispo de la ciudad, D. Hugo, durante el periodo románico-gótico. A lo largo de los siglos sufrió numerosas modificaciones y ampliaciones, integrando elementos de diferentes estilos arquitectónicos, como el románico, el gótico y el barroco. Fue elevada a basílica en 1394 y se convirtió en un importante centro religioso de la ciudad. Aunque fue objeto de múltiples restauraciones, conserva intacto su encanto y majestuosidad.

Desde la Catedral parten una serie de callejuelas y escaleras que conducen a uno de los barrios más pintorescos y encantadores de la ciudad: la Ribeira. Este barrio histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un auténtico concentrado de atmósfera portuguesa, arquitectura fascinante y animada vida nocturna. Sus calles adoquinadas y casas de colores representan un encantador ejemplo de arquitectura tradicional portuguesa. Las fachadas pintadas con vivos tonos pastel, las ventanas de hierro forjado y los balcones adornados con flores crean un ambiente mágico y romántico. Caminando por estas calles, uno se detiene a admirar edificios históricos, como la Casa do Infante, una casa medieval que fue residencia del príncipe Enrique el Navegante. Pero el verdadero corazón de la Ribeira es su paseo fluvial: una amplia avenida a orillas del Duero, repleta de bares, restaurantes y cafeterías.

Oporto es famosa por sus icónicos puentes sobre el río Duero. Entre ellos destaca el Puente Don Luis I (1886), una imponente estructura de hierro diseñada por Teófilo Seyrig, que conecta la Ribeira con Vila Nova de Gaia. Se puede cruzar el puente a pie o en tranvía, disfrutando de vistas panorámicas impresionantes de la ciudad.

Durante una visita a Oporto, es imprescindible pasar por la estación de São Bento, todo un símbolo de la ciudad. Es una de las estaciones ferroviarias más concurridas y conocidas de Portugal. Fue construida en el lugar de un antiguo convento, tras la expansión de la línea ferroviaria en 1896. El proyecto arquitectónico, diseñado por José Marques da Silva, fue aprobado ese mismo año. Aunque la construcción comenzó a principios del siglo XX, debido a varios contratiempos, no se inauguró hasta 1916. El estilo arquitectónico se inspira en la escuela Beaux-Arts de París. Para darle un aire más nacional, los portugueses decoraron posteriormente el interior con elementos autóctonos. Es una verdadera atracción, probablemente una de las más visitadas. El interior está completamente decorado con más de 20.000 azulejos blancos y azules: ¡un espectáculo único! La sala de espera cuenta con más de 500 metros cuadrados de azulejos que narran escenas de la vida rural, procesiones, peregrinaciones, ferias ganaderas y vendimias. También hay una sección dedicada a la historia y evolución del transporte en Portugal.

Oporto fue Capital Europea de la Cultura en 2001, y esto se refleja en su vasto patrimonio: las murallas de la ciudad, la iglesia de San Francisco, la vanguardista Casa da Música, los Jardines del Palacio de Cristal, entre otros.

La librería Lello e Irmão es considerada una de las más bellas de Europa; su estética excéntrica inspiró el primer libro de Harry Potter. Además de estos lugares únicos, entre las cosas que hacer en Oporto no pueden faltar la música y el buen vino. Merece la pena mencionar un espectáculo de fado en la Bodega Cálem, ¡una experiencia inolvidable! Y si te apasiona la flora y la fauna marina, no dudes en visitar el SEA LIFE Oporto, un increíble acuario con más de 3.000 especies de animales y plantas acuáticas.

Los museos de Oporto también merecen una visita. Hay galerías y colecciones para todos los gustos, como la Casa Guerra Junqueiro, antigua residencia del poeta portugués; la Fundación Serralves, ideal para los amantes del arte contemporáneo; el Centro Portugués de Fotografía, ubicado en una antigua prisión; el Museo del Vitral o la Casa do Infante, por nombrar solo algunos. Si viajas con niños, puedes disfrutar de una mañana o tarde diferente en el museo WOW Porto o en el World of Discoveries, espacios completamente interactivos donde divertirse entre monumento y monumento.

En Oporto, la experiencia no se limita a la cultura y los museos: también la escena gastronómica tiene un papel protagonista, con sabores auténticos y tradiciones culinarias locales. Entonces, ¿Dónde comer en Oporto? Y sobre todo, ¿qué comer?

Bacalao en todas sus formas, tripas a la moda de Oporto, éclairs, caldo verde, francesinha, vino de Oporto, pasteles de nata, bifanas y mucho más. ¡No se puede conocer un lugar sin sumergirse en su cultura gastronómica! Un famoso plato a base de bacalao es la “punheta de bacalhau”: bacalao crudo picado con cebolla. El bacalao está presente en todos los restaurantes y tiendas, desde Lisboa hasta Oporto. Se dice que los portugueses tienen 366 formas de prepararlo, ¡una para cada día del año!

La Francesinha es uno de los platos portugueses más conocidos, ¡un súper sándwich! Podría describirse como un sándwich multilayer: entre dos rebanadas de pan se colocan ingredientes como carne de ternera, queso, salchichas, jamón, mortadela y otros. Todo cubierto con una generosa capa de queso fundido y una salsa hecha con carne, cerveza, tomate y piri-piri (una especie de guindilla). En algunas versiones, como la que probamos nosotros, también lleva un huevo frito encima y, por si fuera poco, se acompaña de patatas fritas.

El Caldo Verde (caldo verde) es una sopa que se encuentra por todo Oporto. Puede servirse como entrante o primer plato. Está hecha a base de patatas, col gallega (que le da el color verde) y unas rodajas de chorizo ligeramente picante. La Bifana es un pequeño pan redondo, ligeramente tostado por fuera, relleno de carne de cerdo frita o a la parrilla. Ideal como tentempié o almuerzo ligero. Gracias a su receta sencilla pero sabrosa, se la considera la reina del slow food portugués. Finalmente, el Pastel de Nata es el dulce portugués por excelencia, nacido en Lisboa gracias a los monjes del Monasterio de los Jerónimos. Son pequeñas cestitas de hojaldre rellenas de deliciosa crema pastelera: ¡una verdadera delicia!

Oporto y alrededores para rutas alternativas

Para los amantes del arte, en lugar del Palacio de la Bolsa, recomendamos visitar el Museo Nacional Soares dos Reis, una de las colecciones de arte más importantes de la ciudad. Si te gusta la fotografía, en el centro histórico se encuentra el Centro Portugués de Fotografía. Si eres amante de la arquitectura religiosa, además de las iglesias mencionadas, merecen una visita la Igreja do Carmo y la Igreja das Carmelitas. También se recomienda la Igreja da Misericórdia. Si ya has estado en Oporto o deseas explorar el interior, no puedes dejar de visitar el Valle del Duero, con una cata de vinos y almuerzo desde Oporto. Si viajas en familia, además del paseo en barco por el río y la visita a la librería, no puede faltar una visita al Jardim do Palácio de Cristal, el espacio verde más querido de la ciudad, no muy lejos del centro.

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Giulia Pasetto

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