La crisis de los cruceros: muchos barcos en venta


El inevitable retraso en la reanudación de los cruceros está causando las primeras consecuencias en términos de graves pérdidas económicas y la cesión de barcos por parte de los armadores. Por lo tanto, el número de barcos en venta aumenta, para muchas empresas y Corporaciones.

Comenzando con la más grande, Carnival Corporation, que declaró querer liquidar los barcos más antiguos de la flota: Carnival Inspiration (1996), Carnival Ecstasy (1991) para Carnival Cruises, Veendam (1996) y Maasdam (1993) de Holland America Line and Sun Princess (1995) de Princess Cruises. También es reciente la noticia de la cesión de Costa Victoria (1996) por Costa Cruceros, cuyo destino se está definiendo en este momento.

Tantas dificultades también para el grupo Royal Caribbean: intentan vender Radiance of the Seas (2001), Brillance of the Seas (2002), Rhapsody of the Seas (1997), Grandeur of the Seas (1996) y una de los más antiguo de la flota, Majesty of the Seas (1992). Celebrity Cruises, perteneciente al mismo grupo, vendería la clase Millennium: Celebrity Millennium (2000), Celebrity Constellation (2002) y Celebrity Infinity (2001). Royal Caribbean también tiene serios problemas en su participación en Pullmantur Cruises, una compañía dedicada al mercado español que ha liquidado toda la flota: Sovereign, Monarch, Horizon, Zenith y Ocean Dream.

Marella Cruises, con varios barcos antiguos en la flota, también ha decidido vender los más antiguos. En venta Marella Celebration (1984), Marella Dream (1986) y Marella Explorer (1996). La otra compañía en el mercado británico, Cruise & Maritime Voyages también está tratando de liberarse del Marco Polo en venta, que son barcos para el mercado británico. Otra compañía europea para el mismo mercado es CMV, que vende varios barcos, incluidos los clásicos Marco Polo (1965), Astor (1987) y Magellan (1985).

Pero la lista de barcos continúa, desde Ms Berlin, único barco de la alemana FTI, que terminaría así las operaciones marítimas, la Regata de Oceanía Cruises y probablemente Silver Galápagos, reemplazado en la zona por el nuevo Silver Origin. El sector fluvial también sigue la misma tendencia con varias de las unidades más antiguas del mercado.

Afortunadamente, la planificación de nuevos barcos se confirma sustancialmente en este momento, evitando una catástrofe económica inmediata incluso para la construcción naval mundial. La prolongación de la crisis también provocará, progresivamente, otras ventas dados los importantes gastos que conllevan los buques en armamento, frente a ningún ingreso. La incertidumbre del sector afecta incluso la compra de futuros cruceros, que no registra cifras particularmente alentadoras.

Esperamos, por una parte, que la pandemia pueda reducir su alcance y que la medicina pueda combatirla eficazmente y, por otra, que las autoridades competentes puedan elaborar rápidamente los protocolos que permitan a las compañías reanudar sus actividades lo antes posible, con las adaptaciones necesarias.

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Gabriele Bassi

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